05/11/2019

Trucos de la DGT para ahorrar combustible

El uso del aire acondicionado puede suponer un consumo extra de combustible que acabe repercutiendo en el bolsillo del conductor. Usar el aire acondicionado solo cuando es realmente necesario y seguir los siguientes consejos, elaborados por Conforauto Hankoook Masters y de los que se hace eco la propia DGT, será imprescindible para no acabar gastando durante los meses de verano mucha más gasolina o gasoil del necesario:

Bajar la temperatura del coche antes de encenderlo: durante los días de calor intensos el vehículo tiende a calentarse y en su interior la temperatura puede ser mucho más alta que los 21, 22 o 23 grados óptimos para la conducción. Para bajarla sin necesidad de usar mucho combustible es mejor, antes de encender el aire acondicionado, tratar de hacerlo manualmente. Un truco es bajar la ventanilla de la parte trasera opuesta al conductor y abrir y cerrar la puerta del conductor varias veces. Así, la temperatura del vehículo puede llegar a bajar hasta 10º rápidamente. Después será el momento de abrir las ventanillas un poco, y una vez la temperatura se haya estabilizado, llegará el momento de encender el aire acondicionado sin que gaste mucho combustible.

El aire, siempre con el coche en marcha: encender el aire acondicionado con el coche parado sirve más bien de poco, pues estos sistemas enfrían mucho más cuando el vehículo está en movimiento, de hecho, cuanto más rápido vaya el motor, más enfriará el aire acondicionado. Cuando el coche está parado, prácticamente solo sirve para gastar combustible.

No pasarse con el frío: la temperatura debe oscilar entre los 21 y los 23 grados centígrados. Por debajo de estos límites el gasto de combustible puede crecer hasta un 30%.

A veces, mejor aire acondicionado que ventanillas abiertas: conducir con las ventanillas abiertas afecta al consumo de combustible ya que la entrada de aire al interior del vehículo reduce la aerodinámica y dispara el consumo de combustible. Cuando se circula a menos de 80 km/h tener las ventanillas abiertas no afecta al consumo, sin embargo, cuando se superan los 110 km/h es más rentable encender el aire acondicionado que tener las ventanas abiertas. Este gesto podría suponer un ahorro de hasta 0,3 litros por cada 100 kilómetros.

Haberse preparado: por último, aunque no menos importante, la clave está en haberse preparado. contar con los filtros limpios y con un aire que funcione correctamente (se debe encender de vez en cuando durante el invierno para comprobar que todo está bien) también ayudará a ahorrar combustible.

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